Einstein
siempre ha tenido la razón, todo es relativo. ¿Y es que de otra manera se puede
comprender que leyendo las noticias nacionales e internacionales, leyendo como
roban y se matan yo este aquí realmente preocupado porque ella no me quiere
responder los mensajes que le escribo? Fácil, en lo relativo a mí, eso es lo más
importante en estos precisos instantes.
Recuerdo
leer la novela de Ernesto Sabato “Sobre héroes y tumbas” y sentirme
identificado con el personaje de Martin, un joven idealista pero lleno de
sobras a su alrededor, que termina enamorándose de una chica completamente
opuesta a él. Me identificaba por su manera de afrontar las situaciones a las
cuales Sabato lo hacia enfrentarse, siempre creyendo que yo, de estar en su situación
actuaria de forma bastante similar. Sin embargo, es el la continuación de “Sobre
héroes y tumbas”, es decir, en “Abaddon el exterminador” donde Martín, ya
adulto y un tanto melancólico y cambiado por lo que ha pasado que dice una
frase que si bien no recuerdo exactamente dice mas o menos así: “como puedo
preocuparme por los que asesinan en la guerra cuando eso sucede tan lejos de
mi, cuando tengo mis propias preocupaciones que las siento mas reales porque
las vivo” la razón de eso es que no puedes quitarte de la cabeza lo que te
afecta directamente; si yo fuese palestino, seguramente viviría y sufriría el
infierno que están pasando (y viven pasando) con todo el impacto que se merece,
pero no soy palestino, soy venezolano, un venezolano que se lo pasa mirando al
celular cada 10 minutos solo para ver si la chica que le gusta se decide
escribirle para perdonarlo, o al menos para decirle algo, lo que sea.
Pero
es que las preocupaciones, no obstante, se clasifican en una especie de pirámide
moral, es decir, por mas que un enamorado sufra por su enamorada, un padre de
familia sufra porque el dinero no le alcanza para alimentar a todos, un chico
sufra de abuso en el colegio o una persona viva en zona de guerra, ninguno de
esos sufrimientos, por mas validos y dignos de ser tomados en cuenta que sean, serán
vistos por la opinión publica de la misma manera. Lo cual no cambia, obviamente,
que para cada uno de los personajes en cuestión, su problema sea el problema
mas grave del mundo. La razón de eso es que siempre el ser humano, en su fascinación
con observar el lado horrible de la vida invariablemente le tomara más
importancia a lo más grotesco y “digno” de ser televisado. De allí que siempre
las guerras sean tan buen negocio para todo el mundo.
Wayne
Dyer escribió una vez “la catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta
ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación.” Cosa que
puede ser cierta, al menos en el 90% de los casos; ¿cuantas veces no hemos
notado que aquello que nos tenia preocupados termina siendo irrelevante al
final, o aquel problema que no nos deja dormir en la noche al final se
soluciona de la forma mas inesperada para fortuna de nosotros? Y sin embargo aquí me tienen, mirando el celular, esperando que me diga algo, lo que sea.
Como dirían en mi rancho:
ResponderEliminarMijo, no le escriba, llámele! ;) por lo regular a las mujeres nos agrada un tanto más una llamada, es más cálida y cercana.
Y tienes razón, eso de que mis problemas son más graves que los de otros, si si si... me he roto la uña hoy :( y vieras que tragedia y drama jajaja es broma es que como hay gente que también tiene la costumbre tonta de comparar sus preocupaciones con la de otros y lo peor es que te lo digan: Yo sí sufro o lo mío tiene solución, lo tuyo es pan comido. Es de gente egoísta.
Pero retomando el tema de la chica, anda! llámale, sé bueno y tierno. :)
Eso haré señorita, eso haré ;)
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